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LOS MÚSCULOS ESTABILIZADORES PROFUNDOS: NUESTRO CINTURÓN DE SEGURIDAD ANTI-CIÁTICA

Antiguamente se llamaba Unidad Interna a la capa de músculos del tronco más profunda, cuando se descubrió que trabajaban al unísono para mantener estable la columna al sostener carga. Son nuestro “cinturón de seguridad anti-ciática”, el auténtico corazón o núcleo (core) de nuestra columna lumbar.

Los músculos que la forman son:

(A) Transverso Abdominal y fibras profundas del oblicuo interno abdominal (tapizan la parte anterior de las vértebras)

(B) Diafragma (además de respirar, sujeta la zona lumbar alta)

(C) Multífido profundo (Envía fibras a los distintos niveles de la columna vertebral, como un andamio, cohesionando el movimiento intervertebral lumbar)

(D) Musculatura del suelo pélvico (Cierra la pelvis por debajo y empuja como un pistón el aire abdominal aportando estabilidad lumbar)

Dichos músculos se activan para estabilizar las vértebras y pelvis cuando movemos un peso. Está demostrado que en el dolor crónico o recurrente de espalda existe una debilidad o retardo de dicha contracción. Esto provoca micromovimientos incontrolados entre las vértebras, inestabilidad intervertebral, originando las protrusiones y hernias discales con el paso del tiempo.

La correcta estabilización de la columna mediante la contracción muscular unificada de los músculos profundos (core) se consigue gracias a 2 efectos fundamentalmente:

1. TENSIÓN DE LA FASCIA TORACOLUMBAR.

La fascia está formada por la red de membranas que envuelven la musculatura de la espalda, desde la pelvis hasta los hombros. Funciona como un muelle transfiriendo la fuerza entre músculos y ligamentos al flexionar la espalda o incorporarse desde esa posición.

2. EL AUMENTO DE LA PRESIÓN INTRA-ABDOMINAL.

Al levantar un objeto pesado los músculos transverso abdominal y fibras posteriores del oblicuo interno deben meter el ombligo hacia adentro. Esto empuja las vísceras hacia arriba contra el diafragma y hacia abajo contra el suelo pélvico produciendo un aumento de la presión intra-abdominal. Si a la vez se contiene la respiración (cosa que hacemos instintivamente para levantar un peso), dicha presión aumenta al estar el diafragma muy tenso. Esta presión tira de las vértebras lumbares descomprimiendo los discos un 40%. Esto se denomina efecto pistón.

Cuando estos sucesos dejan de funcionar adecuadamente, la espalda sufre presiones anormales que degeneran sus articulaciones y provocan los episodios de dolor de espalda y en la pierna (ciática)

Por lo tanto activar y fortalecer los músculos de la Unidad Interna es lo más eficaz en la recuperación y prevención del dolor lumbar, por encima de cualquier tratamiento pasivo (electroterapia, masaje, acupuntura…) ya que, como ha demostrado la investigación, si no se ejercitan adecuadamente, dichos músculos no recuperan su fuerza incluso aunque el dolor desaparezca. 

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